Hoy 17 de abril del 2012 se presenta el resultado del peritaje internacional al que ha sido sometido el Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga, en Cajamarca (Perú). La presentación de este peritaje ha representado un quiebre a los procesos establecidos por el Estado en la aprobación de EIA, ya que somete a una nueva instancia no reglamentada los resultados de un estudio que ha cursado todos los caminos administrativos formales, al margen de su contenido.
Esta salida “creativa” del Estado se ha presentado ante la fuerte oposición al proyecto de la población cajamarquina, apoyada por el Presidente Regional Gregorio Santos, quien lidera las protestas.
Cuando se establecieron las respectivas mesas de diálogo (ojo, tampoco es un mecanismo formal) entre los actores del conflicto y los representantes del Estado central, éstos últimos cuestionaban la participación de dirigentes sociales en las mesas, ya que sostenían que a dichos dirigentes no los ha elegido nadie, a diferencia del representante regional. Obviamente era un argumento ad hominen (se ataca a la persona y no a los argumentos que esta sostiene) que buscaba restarle legitimidad al reclamo pero no era muy conveniente, debido a que el mecanismo de mesas de concertación y/o en este caso, de diálogo; supone la participación de representantes sociales de diferentes vertientes.
Actualmente el país se enfrenta ante la disquisición de si Conga va o Conga no va. Lo cierto es que se han adoptado mecanismos no formales para la negociación, y este es un hecho concreto frente a la seguidilla de conflictos sociales (alrededor de 250 al año) que enfrenta el Estado. Ciertamente estos mecanismos imponen compromisos de corto plazo que uno, no son necesariamente monitoreados en sus avances y dos, pueden no ser cumplidos.
La reflexión que se genera en este contexto es que indefectiblemente seguirá la “distorsión” entre los agentes políticos representativos o no, según la perspectiva del Estado, mientras se establezcan mecanismos no formales. De alguna forma, el Estado ya ha legitimado en los últimos años dichos mecanismos. Finalmente, más importante que la discusión en la calidad o legitimidad de los actores, la formalidad o no de los mecanismos, el debate debe centrarse en la problemática conflictiva, donde por lo visto se ha fracasado en la tarea de negociar sin anteponer los intereses de uno u otro actor, convirtiendo al Proyecto Conga en Ícaro volando frente al sol: ¿llegará a salir del complejo laberinto?
Publicado por Luis Marín Diaz
Esta salida “creativa” del Estado se ha presentado ante la fuerte oposición al proyecto de la población cajamarquina, apoyada por el Presidente Regional Gregorio Santos, quien lidera las protestas.
Cuando se establecieron las respectivas mesas de diálogo (ojo, tampoco es un mecanismo formal) entre los actores del conflicto y los representantes del Estado central, éstos últimos cuestionaban la participación de dirigentes sociales en las mesas, ya que sostenían que a dichos dirigentes no los ha elegido nadie, a diferencia del representante regional. Obviamente era un argumento ad hominen (se ataca a la persona y no a los argumentos que esta sostiene) que buscaba restarle legitimidad al reclamo pero no era muy conveniente, debido a que el mecanismo de mesas de concertación y/o en este caso, de diálogo; supone la participación de representantes sociales de diferentes vertientes.
Actualmente el país se enfrenta ante la disquisición de si Conga va o Conga no va. Lo cierto es que se han adoptado mecanismos no formales para la negociación, y este es un hecho concreto frente a la seguidilla de conflictos sociales (alrededor de 250 al año) que enfrenta el Estado. Ciertamente estos mecanismos imponen compromisos de corto plazo que uno, no son necesariamente monitoreados en sus avances y dos, pueden no ser cumplidos.
La reflexión que se genera en este contexto es que indefectiblemente seguirá la “distorsión” entre los agentes políticos representativos o no, según la perspectiva del Estado, mientras se establezcan mecanismos no formales. De alguna forma, el Estado ya ha legitimado en los últimos años dichos mecanismos. Finalmente, más importante que la discusión en la calidad o legitimidad de los actores, la formalidad o no de los mecanismos, el debate debe centrarse en la problemática conflictiva, donde por lo visto se ha fracasado en la tarea de negociar sin anteponer los intereses de uno u otro actor, convirtiendo al Proyecto Conga en Ícaro volando frente al sol: ¿llegará a salir del complejo laberinto?
Publicado por Luis Marín Diaz
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